FORMAS
DE MORIR
Hay
muchas
formas
de morir,
erráticas
pluviales,
ateridas,
recónditas,
medrosas.
Los
pájaros lo saben.
Los
árboles,
inhóspitos,
ocultan
sus miradas
de
hangar
entre
los frutos
que
dibujan el cielo.
Entre
los victimarios
hay
francotiradores
con
fusiles ocultos
en
las ropas del miedo.
Los
he visto.
Reconozco
sus gestos
acostumbrados
a
atacar cubiertos
por
las sombras.
Hay
quienes
hieren
a sus víctimas
con
arpones de viento,
y
peces sin agallas
que
destilan su veneno
en
las sienes
de
los desprevenidos.
Otros
matan o mueren
por
despecho o rencor
en
el ojo azul de las tormentas
y
antiguos especímenes
que
fenecen
suavemente
de hastío.
Las
montañas ofrecen
sus
cuerpos escarpados
para
muertes heroicas.
Yo
prefiero
la
despojada
penumbra
de mi cuarto
cuando
el corazón
se
quiebra de abandono.
Ana
María Garrido