miércoles, 11 de junio de 2014

NO TODO ES SOLEDAD


No todo es soledad
en la hierba desnuda
si el viento testifica
que el silencio no existe.
Sólo un puñado
de ecos  arrumbados,
la salmodia del humo
entre la brisa cómplice
y el rumor de los cascos
de ilusorios caballos.
 
No todo es armonía
rota como un cristal
agrietado en la lluvia.
La esperanza
es un puerto fugaz
en el oleaje
de todos los naufragios.
 
No hay un solo refugio
para quien se rebela
contra el tiempo y sus armas.
 
Resignada al olvido,
la luz me reconcilia
con lo eterno y lo efímero,
con mis días y mis noches
acuñados en la misma
fragua portentosa
que arrecia las tormentas
y apacigua en el mar las grandes aguas-
 
Ana María Garrido

viernes, 9 de mayo de 2014

FORMAS DE MORIR

Hay muchas
formas de morir,
erráticas
pluviales,
ateridas,
recónditas,
medrosas.
Los pájaros lo saben.
Los árboles,
inhóspitos,
ocultan sus miradas
de hangar
entre los frutos
que dibujan el cielo.
Entre los victimarios
hay francotiradores
con fusiles ocultos
en las ropas del miedo.
Los he visto.
Reconozco sus gestos
acostumbrados
a atacar cubiertos
por las sombras.
Hay quienes
hieren a sus víctimas
con arpones de viento,
y peces sin agallas
que destilan su veneno
en las sienes
de los desprevenidos.
Otros matan o mueren
por despecho o rencor
en el ojo azul de las tormentas
y antiguos especímenes
que fenecen
suavemente de hastío.
Las montañas ofrecen
sus cuerpos escarpados
para muertes heroicas.
Yo prefiero
la despojada
penumbra de mi cuarto
cuando el corazón
se quiebra de abandono.

Ana María Garrido

lunes, 3 de febrero de 2014


INSOMNIO (¿por qué me maltratas?)

Veo cabezas de mendigos
rodar escaleras abajo
desde la cima roja del templo.
Oigo voces extrañas
junto a la fosa
donde acaban
de inhumar mi sombra.
Nadie supo
los pájaros ni el miedo.
Nadie escuchó
mi grito desvelado.
El venía
de adentro de la noche
con antorchas de sangre,
venía
a devorar mis ojos y mis manos
y ahora gira
en torno de mí
formando círculos.
Me desangra,
ne ahoga,
me desgarra.
Ya no veo su rostro
cubiertos por una máscara demencial.
Sólo oigo
el grito inagotable
que crece por mi sangre.
Mi cabeza desgarrada
rueda escaleras abajo
desde la cima
negra de la noche.
Me duele el sueño
de tanto girar
en torno de mi féretro.
¡Un siglo ya de insomnio!
Ahora sólo quiero
algún lugar tranquilo
dentro de la muerte,
algún bosque
callado y solitaria
donde cerrar los ojos.
Y descansar.


Ana María Garrido

martes, 3 de abril de 2012

LLUVIA

Intima persuasión
de la lluvia
pertinaz,
agorera,
terrosa,
terrenal,
territorial,
omnímoda,
ososa,
osario quieto,
barco encallado
de la luz acústica,
Alhambra,
abeto ciego,
martirio,
krill de ausencia,
simbiótica guitarra,
terrón tenso
de tendones humeantes,
barbijo de la luna,
fatigado
folíolo
del viento.



Ana María Garrido

domingo, 26 de febrero de 2012

LAS VOCES INFINITAS

No perturbes el sueño
con su avío,
su siembra,
sus dólmenes,
sus dogmas,
su fervor de verbena,
de paraíso intacto,
de arcilla,
de arboleda.
La inquietud no se fuga
como el humo sumiso
ni alimenta los pájaros
que profanan el viento,
el pan deliberado,
las semillas amargas,
los insectos,
el fuego.

El tiempo
que es monarca,
mendigo y alfarero
fatiga con sus grillos
el tedio de los puentes,
la pulpa del ocaso,
su secreto más hondo,
la íntima memoria
de lejanas batallas
libradas contra el miedo.
Es el dolor de ser,
de perpetuarse
en el leve linaje de la espiga,
en el áureo
retablo de los días
y su bagaje de voces infinitas.


Ana María Garrido